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Aunque en promedio mundial se terminaran de aplicar -a mayo de 2021-, la(s) vacuna(s) no serán, el detonante económico mundial, sino las innovaciones tecnológicas. En las sociedades del conocimiento, estará la recuperación económica más rápida y con más calidad.
Millones de personas y sobre todo las clases medias, acabaron con sus ahorros y tienen dos fuentes de supervivencia: ingresos anticipados de sistemas del retiro, o endeudamientos personales o familiares. Las microtransferencias internacionales y remesas aumentarán.
En promedio, las clases medias serán mucho más afectadas y ahí estará la fuente de la nueva pobreza, más allá de las clases de menos recursos.
Ello, originará nuevos movimientos sociales y políticos que transformarán la política de decenas de países en el mundo.
El aumento de la pobreza mundial será algo sin precedentes; la recuperación económica no significará la contratación de personas y mucho menos la recuperación de empleo bien pagado. Habrá un repunte en el consumo, pero irá bajando rumbo a una tendencia al endeudamiento.
Millones de personas formarán un fenómeno contrario a los últimos 40 años: la migración rural-urbana se invertirá. Las personas saldrán de grandes ciudades a periferias para reducir costos y el trabajo a distancia se volverá regla. Se reducirá drásticamente el trabajo físico.
La aplicación de la inteligencia artificial deja el futuro y se convierte en parte ya de decisiones de la mayoría de los portales de comercio digital B2B/B2C. Quien no esté en la nube y comercio en línea no subsistirá. El comercio de retail físico se transformará completamente.
Las profesiones del presente y futuro: actuarios, trabajadores sociales, fisioterapeutas, especialistas en adultos mayores, creativos, desarrolladores de software.
Los edificios de oficinas se volverán en edificios de vivienda en renta o con más usos múltiples.
Las contrataciones de trabajo y el empleo se transformará con la inteligencia artificial e indicadores de desempeño: el reinado de los algoritmos cobrará auge, desde la selección de personal hasta la toma de decisiones de grandes corporativos.
Las energías renovables llegaron para quedarse y no habrá forma de evitar que desde los pequeños poblados hasta las grandes ciudades la conviertan en la fuente principal de energía y sobre todo, acceso a internet. Se acelera la caída de energías fósiles.
El turismo de aventuras, deportivo, cultural y de nuevas experiencias será el más fortalecido de 2021. Los pueblos, las serranías, los lugares más desconocidos son los que tendrán más auge. La herramienta más importante de promoción turística seguirá en Instagram.
En México, el turismo de playa repuntará altamente, particularmente Los Cabos, Nayarit y Quintana Roo. Nuestro país, será de los grandes favoritos para visitar y desbancará al Caribe. Los cruceros no repuntarán. Bye bye grandes hoteles. Airbnb dominará a largo plazo.
El turismo de negocios prácticamente se terminará como lo conocimos. Un alto porcentaje de congresos y convenciones ya no volverán a ser presenciales aun después de la pandemia.
La economía desarrollará cada vez más la industria de la resiliencia: desde servicios de limpieza y sanitizantes, cuidado y asistencia de adultos mayores y niños, hasta el comercio minorista digital especializado por segmento demográfico a su máxima expresión.
El periodismo cada vez más enfermo de infodemia, tendrá un cambio radical sobre todo en la casi terminación del periódico impreso. Se acabará la información de los periódicos por influencers especializados.
2021 será el año más transformador de la fuerza laboral. Se seguirá reduciendo drásticamente el empleo de bajos costos.
China comenzará una revolución tecnológica sin paralelo con la post industria 4.0 y la impresión 3D, eliminando millones de puestos laborales en el mundo.
El brexit y el decaimiento de Estados Unidos derivado a sus conflictos políticos internos se profundizará. La alianza entre China y la Unión Europea, adelantará el liderazgo mundial de China rumbo a un nuevo modelo económico y financiero mundial donde veremos ya al yuan y al e-RMB (Renminbi, moneda digital) como eje regulador en el mundo.
Las Universidades difícilmente volverán a tener como regla clases presenciales y se incrementará la educación a distancia y la educación continua.
Ya no serán decisivos los títulos universitarios sino las habilidades técnicas, la capacidad de adaptación y resolver necesidades.
En cuestión de salud pública, se incrementarán las causas de trastornos psicológicos y el reconocimiento de adicciones como forma de aislamiento.
Se profundizará la crisis de confianza personal hasta colectiva que llevará a grandes cambios de la antropología social.
Mi pronóstico del crecimiento económico para México en 2021, es de máximo de +- 1.5%, tipo de cambio peso dólar 20-22 pesos, endeudamiento proporción vs. PIB 60% y un repunte en la inflación anual con una muy lenta recuperación del empleo formal a partir de marzo y auge del informal.
La inversión privada no repuntará en 2021 pero llegarán más inversiones foráneas de fondos soberanos. La economía de México dependerá cada vez más de su política monetaria por los pocos cambios y margen que habrá en su política fiscal.
Nunca antes se habían producido vacunas con tanta rapidez a pandemias tan graves. Eso no es un alivio, sino un presagio de una enorme plataforma de endeudamiento sistémico rumbo a una depresión económica mundial basada en un corporativismo de salubridad en el mundo.
Se formarán nuevos fondos soberanos especializados en la industria farmacéutica con alianzas público-privadas que dominarán enormes decisiones económicas y cambiarán las prioridades sobre el desarrollo económico de miles de países.
El mundo necesitará modificar su modelo económico y la concepción del crecimiento económico incluyendo al cambio climático como un desafío real. El plan Marshall del SXXI tendrá que ser una realidad.
El COVID-19 no termina, sino inaugura una década pandémica.
Simón Levy-Dabbah, Doctor en Derecho UNAM,
Fundador de la Cátedra Mexico China de la UNAM, escritor.
